Cancún sigue sumido en el terror, aunque Ana Paty Peralta insiste en que la inseguridad está en niveles históricos bajos. Mientras la alcaldesa repite su discurso, anoche una MESERA del bar Babilonia perdió la vida, no por una bala, sino por el miedo. Un infarto fulminante se lo llevó en medio de una balacera que dejó además tres heridos.
Tal vez en los “otros datos” de la presidenta municipal, esta MUJER siga viva, tal vez en su mundo ficticio la violencia no existe, tal vez en su informe la familia de la mesera no esté de luto hoy. Pero en la realidad, una trabajadora inocente murió aterrorizado, mientras los delincuentes se fueron sin ser detenidos.
En los “otros datos”, los hijos de esta mesera siguen teniendo a su madre. En los “otros datos”, su madre no la llora hoy en un velorio. Pero en el Cancún real, hay niños huérfanos que nunca volverán a ver a su mamá llegar del trabajo. En el Cancún real, hay una madre que vio partir a su hija de casa sin imaginar que sería la última vez. En el Cancún real, una familia más queda rota por una violencia que las autoridades niegan mientras Cancún sangra. Y en el Cancún real, los ciudadanos seguimos esperando que alguien haga algo.
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